Cuando hablamos de producción audiovisual estamos hablando de un proceso.

Un proceso que comienza con la planificación. Dependiendo del tipo de proyecto tendrá mayor o menor complejidad. Es muy importante conocer la idea, el objetivo de lo que se quiere transmitir, de lo que se quiere comunicar. En base a esto se planifican las herramientas a emplear, los diferentes tipos de  profesionales  que se precisarán o las localizaciones donde se llevará acabo dicho proyecto. Conociendo la idea del cliente mediante un briefing que se le proporciona, la empresa productora puede planificar y dar un presupuesto de forma adecuada.

Los siguientes pasos a seguir de forma natural son la producción de lo planificado y la postproducción de lo grabado.

Nos gusta enfatizar que la planificación lo es todo. Con una buena planificación la fase de producción se ajustará a los tiempos de los que se disponga, habrá un mejor aprovechamiento de los recursos empleados y cuando se llegue a la última fase de edición, esta será mucho más efectiva.

Es cierto que incluso cuando lo has planificado todo, pueden venir mal dadas, como puede ser un día de fuertes rachas de viento cuando vas a realizar tomas aéreas con dron. Es aquí donde la capacidad de resolver y ofrecer soluciones por parte de la empresa que hemos contratado se vuelve tan importante.

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